Notas del gerente
Deslumbrantemente joven, tentadoramente inexperta y deliciosamente firme, me excitó tanto que dejé de prestar atención a todas las señales de advertencia que el futuro literalmente me estaba agitando con cada mano. Ya había tomado libertades antes, pero esta vez incluso había olvidado cerrar la puerta y había pagado el precio. Pero lo peor fue que no le presté atención a su apellido. Debería haberlo hecho, porque justo ayer había leído sobre su temible esposo en la primera página de una revista criminal...