Los humanos, por naturaleza, no son mejores que los dragones de Komodo. Si reciben un bocado, se lo tragan incluso si se atragantan con un hueso. Una vez han experimentado la riqueza, la gente no puede parar y por el resto de sus vidas andan en una loca carrera por las ganancias, abandonando la felicidad y la moral. Habiendo recibido el deseado préstamo, esta pareja se dió cuenta de que si ignoraban su dignidad, recibirían más. Como resultado, el esposo se excitó en grande y la esposa recibió un gran pastel de crema del oficial de crédito. Valió la pena? Eso lo decides tu.